Pasaron los días y el tan esperado viaje a Buzios se hacía realidad. Se subieron al UBER que habían pedido y directo al aeropuerto a tomar el avión que los llevaría a Rio de Janeiro para luego tomarse un traslado a la posada que les tocaba. Juana iba vestida muy juvenil con un short de jean y Martin con un jean, zapatillas y una remera. Martin usaba barba y el pelo corto
Fue cuando subieron al UBER que el chofer les dijo:
- ¿No les molesta que los haga separar para que uno de ustedes viaje adelante?
- No hay problema, dijo Martin
- Señora, disculpe, pero prefiero que su marido viaje conmigo adelante, dijo el chofer mirando por el retrovisor a Juana
- No es mi…
- Es que mi esposa me quiere todo el tiempo con ella, Martin la interrumpió para seguir el juego. Le gustaba esa confusión y sentirse el marido de su madre
- No pasa nada mi amor, andá adelante, Juana le siguió el juego a su hijo
- Espero que tengan un buen viaje, dice el chofer, ¿les puedo preguntar a dónde van?
- ¡A Buzios! Contestan los dos al mismo tiempo
- Luna de miel? Pregunta el conductor
- No, dice Martin, estamos casados hace un año
- Sería nuestra segunda luna de miel, dice divertida Juana
Llegan a Ezeiza y el chofer los ayuda con las valijas, le pagan y se encaminan al mostrador de la aerolínea riéndose. Martin aprovecha para tomarla de la mano como si fueran una pareja de adolescentes.
- Vení mi amor, esposa mía, es por allá
- Como no mi vida, Juana le sigue el juego
Despachan las valijas, pasan por el free shop, se embarcan y puntualmente el avión sale a destino. En la aeronave Juana se acuesta sobre Martin intentando dormir y éste aprovecha para rodearla con el brazo y abrazarla.
- Acostate tranquila, mi amor
- Espero que la pasemos bien, Martin. Que nos toquen lindos días
- Si, sino nuestra segunda luna de miel va a ser todo el día en la habitación
- Jajaja
- Jajaja, eso quiere decir que le pareciste muy joven al chofer
- Puede ser… Juana disfrutaba sintiéndose una joven mujer
- ¡O a mí me vio hecho un viejo, de más de 40!
- ¡¿Como viejo de más de 40?! Juana lo golpea con fuerza para que se retracte
- Es que te dije, mami. Digo, mi amor, mi esposa.
- Jaja, que me dijiste?
- ¡Que estas buenísima!
- Basta Martin! No empieces…
- Ok Ok No empiezo. Martin la besó en el cabello y ella se acurrucó para dormir un rato
La señal de abrocharse los cinturones para el aterrizaje los despertó. Llegaron a Rio, buscaron las maletas y previa identificación de la agencia, se dirigieron al transfer que los llevaba a Buzios. EL viaje en la combi se hizo largo, casi tanto como el vuelo y encima los asientos no eran cómodos. En la pequeña van que los trasladaba viajaban también otras dos parejas de argentinos que estaban de luna de miel. En un momento de la conversación, se preguntaron qué hoteles o posadas tenían y sin decir ni aclarar nada dieron todos por supuesto que estaban las tres parejas de luna de miel. Llegaron a la habitación de una posada frente al mar, llamada Casas Brancas. Una posada de ensueño. Un negro alto y fortachón los acompañó hacia la habitación y los dejó ahí. Martin tomó unos billetes y se los dio al negro que sonrió amablemente. Fue en ese momento que Martín se dio vuelta y se percató de que tenían una sola cama y matrimonial.
- Bueno, parece que vamos a tener que dormir juntos...Martin se ilusionaba
- Le dije a la chica de la agencia que iba con mi hijo…ahora voy a llamar para averiguar, Juana quiso ver que se podía hacer
- No pasa nada, mami. Digo mi amor, mi esposa, mi amada jajaja
- No en serio Martín. Así dormimos más cómodos
- Dejá! Así vamos a estar bien, intervino Martin
- ¡Bueno, pero pórtate bien, no ronques, eh!
- ¡Y vos tampoco me destapes, eh!
- Jajaja. No. Si no digo yo que vamos a terminar como un matrimonio nosotros
- Como unos mieleros… dijo Martin abrazando a su madre
- Jaja, como una vieja degenerada querrás decir con un nene
- Callate, mi amor. Y le dio un beso en el cuello agarrándola de la cintura
- Ay Martin, no te tomes tan en serio el papel de recién casado, eh
- Puedo ser muy bueno actuando…Martin ya empezaba a tener una erección y se la quiso hacer sentir a su madre, ahora en el papel de esposa
- Mmmm, Juana siguió el juego
- Si, sabes que si… y la apretó un poco más contra su verga
- ¡Cómo te pones, Martín!
- ¡Cómo me pones vos, mi amor! Estamos recién casados
- Jaja, Juana no se bajaba y sabía que estaba llevando las cosas un poco más lejos, pero la erección que sentía aprisionarla la estaba calentando mucho
- Vos reíte, pero sabes que podés provocar estas cosas, ya te lo hice saber
- Sí, pero fuiste muy lejos ayer con lo de las bikinis…
- Pero verte así con esas mallas, me puso loquito…
- No te olvides que soy tu madr…
- Muac, Martin la besó en los labios. Fue un beso corto que la sorprendió.
- ¿Que haces? Juana sorprendida no podía reaccionar
- Sos Juana, mi esposa. Acá no sos mi madre
- Jaja, bueno, pero no te entusiasmes en el papel
- Mmmm, mi esposa está muy buena…Martin bajó una de sus manos para tocarle la cola
- Bueno, bueno, esposo mío…Juana le sacó la mano y se separó
- Que pasa, mi amor? Preguntó Martin
- Vamos a desarmar las valijas…
Eran las 22 hs y no habían cenado. Pedimos algo rápido y nos dormimos así mañana vamos temprano a la playa dijo Juana. Martín aceptó y cenaron juntos en una mesita que había en la habitación. Fue un tostado de jamón y queso y dos cervezas bien frías. Hacía calor y como estaban tan frías y ricas pidieron dos más. Se rieron cuando les avisaron que había una heladera en la habitación y que si lo deseaban podían tomarlas de ahí. Tomaron otras dos y se fueron a sentar en el balcón que daba a la playa. La playa era una bahía en la cual estaban un montón de botes pesqueros distribuidos. La luz de la luna le aportaba una imagen hermosa reflejando sobre el mar.
- Ahora entiendo porque las parejas vienen de luna de miel acá, dijo Martín
- La verdad que sí, es paradisíaco este lugar
- Si si, es hermosa esta vista
- ¿Será lindo el mar durante el día? Juana no había viajado mucho en su vida
- Para mí que sí, me dijeron que el mar de Brasil es muy lindo… Martín se ilusionaba con una semana perfecta, disfrutando de su madre todo el día, pero sobre todo en la playa con esas bikinis
- Bueno, ¿vamos a dormir? Estoy muerta
- Si, si vamos, Martin se levantó
- ¿De qué lado te gusta dormir? Juana se iba para el baño.
- De este lado, Martin eligió el lado de la ventana
- Bueno, ¡a dormir! Juana salió el baño con una remera blanca sin corpiño y un shortcito de algodón minúsculo
- ¡Ah bueno! Martín no pudo reprimir el comentario
- ¿Qué pasa? Juana sabía que estaba un poco atrevida, pero le gustaba sentirse deseada, aunque fuera su hijo
- ¡Que después no te quejes, eh! Martin se levantó y fue al baño
- ¿Porque lo decís? Juana se lo imaginaba y se estaba empezando a arrepentir de ponerse ese atuendo para dormir
- Bueno, a dormir…Martin salió solo con boxers de algodón
- Martin! No vas a dormir así. Juana vio el paquete que tenía su hijo y no pudo reprimirse tampoco
- Que tiene? Jeje. Martin jugaba fuerte
- Ok. Digo por si no tenes frío…
- Sí, me voy a poner una remera. La realidad es que estaba para dormir con una remera así que se la colocó y se acostó al lado de su madre
No sé si fue por el cansancio del viaje, pero durmieron hasta las 7 de la mañana del otro día. Martin fue el primero en despertarse y se quedó mirando a su madre dormir de costado de espaldas a él. Le empezó a acariciar el muslo, siguiendo por el costado de la cadera. Después hizo lo propio con el brazo, Juana se empezó a mover. Martin aprovechó para darle un beso en la mejilla y suavemente le apoyó la pija dura en la cola
- Buen día mi amada esposa…
- Buen día, ¿qué hora es?
- Las 7. Martin se pagaba a ella
- Mmmm. Ella hacía que se desperezaba y aprovechaba para pegar su culo aún más a la herramienta de su hijo
- ¿Dormiste bien? Martin la agarraba de la cintura y le hablaba al oído
- Mmmm, sí. ¡Como un tronco!
- Me alegro mi amor, mi esposa. Martin estaba dispuesto a jugar a fondo con este papel de marido
- Mi esposo se levantó excitado parece…. Juana tiró el culo para atrás y le pegó suavemente
- Bueno, es que con una esposa así…Martin, ya descaradamente, se acomodó la verga y se la apoyó en el centro de las nalgas a su madre
- Ohhh, pero se va a quedar con las ganas…le pegó un golpecito con la cola y se levantó yendo para el baño
- Mmmm, no voy a aguantar mucho así… Martin se lo dijo para sí mismo
- Vamos a cambiarnos y bajamos a desayunar… Juana ya se estaba lavando los dientes en el baño después de hacer pis
- Vamoooossss, Martin paso por detrás de ella apoyándola nuevamente, pero de manera casual esta vez
- Vas a hacer pis? Juana amagaba con irse
- Si, Martin se bajó los boxers casi cuando Juana salía, al tiempo que se tapaba su miembro y se sentó en el inodoro y Juana se sorprendió por la velocidad en que lo hizo
- ¿Porque te sentás para hacer pis? Juana lo miraba desde afuera del baño por el espejo
- No te imaginás? Jaja
- No, ¿por qué?
- Porque va a ser, mam…Juana
- ¿Por qué?
- Porque la tengo re parada y no puedo hacer pis de pie
- Ahhhh, ok. Te dejo tranquilo así te desahogas si queres
- No hace falta ahora, pero…
- ¿Pero qué? ¿Estas misterioso?
- No voy a aguantar con semejante hembra a mi lado…
- Mmmm, a Juana se le subieron los colores con la palabra hembra y los pezones se le pusieron duros
- Tengo una esposa que está para matarla…
- Bueno, cuando quieras te dejo solo en el baño para que te desahogues, como lo haces en casa
- Como lo hacemos en casa…
- Jaja, sabía que lo ibas a decir. Juana seguía el juego y se excitaba
- Esta noche podemos hacer una descarga conjunta…Martín jugaba a todo o nada
- Mmmm no sé. No sé. Bajemos a desayunar
- Como te haces la boluda eh…
- Mirá lo que es el mar, hermoso!
- Jaja, sí. Aunque era verdad y el mar era hermoso, sabía que su madre se estaba evadiendo, aunque intuía que estaba llegando a niveles de excitación que había que ir desbloqueando de a poco
El desayuno lo compartieron con una pareja que, como casi todo el mundo estaba de luna de miel. Hablaron de todo, pero en ningún momento aclararon que eran madre e hijo. Siguieron con su papel. En un momento la otra pareja se dio un beso y ellos se miraron como para darse uno, pero se reprimieron. Ana y Daniel, así se llamaban ellos les recomendaron playas, restaurantes y otros sitios para salir.
Siguiendo los consejos de la pareja fueron a una playa cercana. Ahí Martín iba a poder disfrutar del cuerpo de su madre con esas bikinis que habían elegido juntos.
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